jueves, 22 de diciembre de 2011

NUEVO GOBIERNO, VIEJAS POLÍTICAS


Como fruto de la pantomima electoral para simular que hay democracia, cada cierto tiempo se produce una alternancia en el Gobierno entre el PSOE y el PP, ambos partidos al servicio de la élite financiera que realmente ostenta el poder. En esta ocasión le ha tocado gobernar  al PP , Mariano Rajoy ha sido investido como nuevo Presidente del Gobierno.

En su discurso de investidura,  aunque lo suficientemente ambiguo y poco claro para no desvelar por completo sus oscuras intenciones, Rajoy sí ha mostrado ya su intención de continuar en la senda de las mismas  políticas que se han venido aplicando durante los últimos 30 años en nuestro país, tanto por el PP como por el PSOE (reducción de impuestos y aumento de las bonificaciones para los empresarios, recortes salariales y sociales para los trabajadores, privatizaciones, y regalos para la Banca…) .

Concretamente ha señalado que los tres ejes fundamentales e inmediatos sobre los que va a girar su Gobierno son el establecimiento de una ley de Estabilidad Presupuestaria, y en ese sentido anunció para el próximo año un recorte como mínimo de 16.500 millones de euros que sin duda afectarán a las principales partidas del gasto social, (educación, sanidad, desempleo…). En segundo lugar,  promete una reforma para afrontar el saneamiento del sistema financiero, eufemismo  tras el que se esconde la intención de sanear con dinero público las cajas de ahorro y bancos en situación de quiebra técnica para luego, una vez saneados, regalárselos a precio de saldo a los grandes bancos. En tercer lugar, plantea una reforma integral y profunda del mercado de trabajo que abarcará una nueva Reforma Laboral para conseguir abaratar más aún los salarios y los costes del despido, nuevas formas de contratos basura para los jóvenes, una nueva reforma de la negociación colectiva  para  terminar con los escasos medios legales con que aún contamos los trabajadores para defendernos frente a la voracidad de la patronal y nuevas normas para controlar el absentismo y presionar a los trabajadores para que no se den de baja cuando enferman.

En definitiva, más de lo mismo: se les llena la boca hablando de austeridad pero reducen el impuesto de sociedades a las empresas, aumentan las bonificaciones empresariales de la seguridad social, regalan miles de millones de dinero público para los bancos y la patronal y permiten  que estos bancos y grandes empresas defrauden a Hacienda miles de millones a través de sus chiringuitos financieros en los paraísos fiscales. Mientras, para los trabajadores sólo anuncian nuevos recortes salariales y sociales, en aras de la sacrosanta competitividad. Finalmente, para combatir la mayor lacra de este país que es el paro no se les ocurre mejor cosa que congelar la oferta de empleo público y destruir miles de puestos de trabajo al no cubrir ni una sola de las vacantes que dejan los funcionarios que se jubilan.

Caso paradigmático de lo que decimos es el nombramiento de quien va a pilotar la política económica del nuevo Gobierno, Luís de Guindos, exjefe de Lehman Brothers, el banco de inversión estadounidense que quebró en 2008, y uno de los desencadenantes del seísmo financiero que estuvo detrás de la crisis financiera y económica que surgió después. Que nadie se llame a engaño, lo que nos espera es más capitalismo salvaje e inhumano.

Sí, el panorama que se nos presenta a los trabajadores es realmente sombrío, pero no es hora ni de  resignarse ni de lamentaciones estériles sino de ponerse manos a la obra, organizar la resistencia, combatir sin dilación y sin tregua con todas nuestras fuerzas al sistema capitalista y a quienes lo sustentan, un sistema que nos conduce a la barbarie y la miseria; el dilema es claro, si no les paramos los pies y ganan ellos esta guerra declarada contra los derechos sociales y laborales que tantas luchas costaron conseguir, volveremos a los peores tiempos del capitalismo salvaje. Por el contrario, podemos optar por unirnos, organizarnos y echarnos a la calle a defendernos y a luchar hasta vencer.

21 de diciembre de 2011

Secretariado Permanente del Comité Confederal de CNT