Esta
entrada corresponde a un artículo escrito por nuestro compañero Patricio
Barquín sobre las detenciones de anarquistas en Barcelona.
Reflexión
que compartimos y que desde la CNT de Fraga hacemos nuestra.
1934-2014
Rumbo a Ítaca
El
estudio de la historia sirve básicamente para comprender el presente y sobre
todo para ver cómo se comporta el poder ante determinadas situaciones que lo
ponen en cuestión. Porque la finalidad
fundamental de los estados es perpetuar el poder de la persona sobre la persona
de manera que unos vivan a costa del esfuerzo y el sufrimiento de otros. Los “capaces” sobre los “incapaces”, los que
tienen los “medios” sobre los que generan la riqueza.
Si
nos remontamos a la Barcelona del 4 de octubre de 1934 nos encontraremos ante
una situación que bien podría ser un calco de lo que estamos viviendo en estos
días. Por un lado un gobierno, el de la
Generalitat de Catalunya, representado por Lluís Companys deteniendo a los militantes
más destacados del movimiento anarquista para acto seguido declarar el Estat
Català dentro de la República Federal Española.
Es decir, se suponía que el gobierno de la Generalitat decidía romper
con el Estado Español y poner “rumbo a Ítaca”, y para ello el primer paso no
era plantar cara al opresor gobierno de la CEDA sino plantar cara al movimiento
anarquista representado en ese momento por los militantes y simpatizantes de la
CNT. El día 6 de octubre a las 12.30
horas en un mensaje radiofónico, a instancias del conceller de governació Josep
Dencàs, Lluís Companys hace la citada declaración. A las seis de la mañana del día 7 de octubre
Dencàs huye por las alcantarillas y Lluís Companys se rinde al general Batet.
¿Qué
demonios pretendían Dencàs y Companys con estos movimientos? Pues todo indica que frenar el avance del
movimiento obrero en la Catalunya de los años treinta, objetivo que era
compartido por el gobierno de derechas de la CEDA.
¿Qué
ha sucedido recientemente con la patraña de la famosa “Operación Pandora”? Creo que debemos remontarnos un poco en el
tiempo:
Cuando
estalla la revuelta ciudadana en La Puerta del Sol y se extiende por la mayor
parte de las capitales del país, los gobernantes ven peligrar sus poltronas y
el capital huele el aliento del pueblo que toma conciencia del poder que
tiene. ¿Cuál es la reacción del gobierno
de España? Pues en un primer momento
acusar a los activistas de radicales, terroristas y otra serie de istas que
apenas convencen ni a los periodistas que los escupen desde sus equipos de
redacción.
Se
aprueban leyes represivas y se lanzan propuestas políticas en forma de partidos
que hacen “nueva política”, probablemente esto último no esté ni siquiera
orquestado, simplemente tenemos tan interiorizado el sistema de partidos que
parece la solución más rápida y factible el lanzarse a conquistar el poder,
cuando lo que hay que hacer es erradicarlo, pero esto es mi opinión.
Sin
embargo, Cataluña, que siempre ha ido a la vanguardia de los tiempos, decide
izar las velas del barco de la independencia y poner rumbo a Ítaca con el único
fin de buscar un enemigo común que desvíe la atención de lo que está
sucediendo; el parlamento ha aparecido rodeado por la sociedad civil que
reclama justicia y esto no es un tema baladí.
Pero
no se van a contentar con ello. Cuando
toda la atención ya está fijada en Cataluña como nación y Madrid como enemigo
de todos los catalanes deciden dar el golpe de gracia y lanzan a la policía
autonómica a detener a un grupo de libertarios que son la vanguardia de una
sociedad civil que reclama vivienda, trabajo y libertad. Y todo esto lo hace antes de que por la
cabeza de los malos malísimos de la derechona española se planteen siquiera la
aprobación de la Ley Mordaza.
Así
pues, una vez más, podemos decir que objetivo conseguido. En octubre de 2015, tal y como sucediera en
octubre de 1934 el independentismo catalán allana el camino de la represión y
actúa como laboratorio de experimentación de cómo hay que acabar con los
desmanes del populacho.
No,
no sirve el argumento de que la policía autonómica actuó como mera policía
judicial a las órdenes de la Audiencia Nacional, porque, como la propia policía
reconoce, las actuaciones las iniciaron ellos mismos durante 2014 y luego las
continuó e instruyó la Audiencia Nacional, ya que nos encontrábamos ante
peligrosísimos lectores de libros y librepensadores capaces de andar explicando
que el destino de cada uno de nosotros está en nuestra manos y no en manos de
aquellos que deciden erigirse en gobernantes.
Resulta
paradójico que la Generalitat de Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya
celebren el ochenta aniversario de los sucesos de 1934 reviviéndolos de
nuevo. Dedicándose a detener anarquistas
en su camino hacia Ítaca, en lugar de enfrentarse al gobierno de España.
En
cualquier caso, si este es el Estado que quieren proclamar, un estado que
infunde terror sobres los ciudadanos, que aplica la ley mordaza y la ley
antiterrorista, que no es capaz de resolver los conflictos sociales y tira del
tan maravilloso contrato social que lo faculta para gestionar la violencia:
señores, no cuenten conmigo para nada.
Patricio
Barquín
Sábado, 31 de octubre de 2015