Artículo escrito por nuestro compañero Patricio Barquín, publicado en el Fragua Social, órgano de expresión de la Confederación Regional de Levante de la CNT/AIT.
¿Hay vida más allá de la AIT?
Todavía con la resaca del XXVIII congreso de
la AIT, coincidente con el centenario de la misma, me pareció pertinente (por
más que alguien opine que es impertinente, no la pregunta sino este que
escribe) preguntarme si, realmente hay vida más allá de la AIT. Y a eso que voy:
Pensemos, por un momento, en los grandes
beneficios derivados de pertenecer a la Internacional Demócrata Cristiana. Valeeee, que la iglesia quería jugar todas
las partidas y no le moló mucho eso de los partidos demócratas cristianos y lo
de la internacional, y le cambiaron el nombre por Internacional Demócrata de
Centro, pero, lo cierto, es que tanto la internacional como los partidos políticos que la integran gozan
de una salud estupenda y la iglesia los mira con ojos vidriosos, cual mozo
enamorado; cortan el bacalao al derecho y al bies, ganan dinerito a espuertas,
tienen palmeros que les aplauden hasta con las orejas y seguidores
incondicionales dispuestos a dar su voto, si ello fuera necesario, que lo es.
Otrosí digo de la Internacional
Socialista. Ese grupo de progresistas
implacables capaces de gobernar a cuantos se les pongan por delante. Paladines de la democracia y los derechos
sociales, tal y como vienen demostrando día día con sus valientes políticas del
bla, bla, bla. También cortan el
bacalao, los arenques y lo que haga falta cuando sea necesario y como sea
necesario, gozan de una salud de hierro, tienen palmeros para aburrir y
seguidores incondicionales dispuestos a dar su voto sin que les tiemble el
pulso.
Salgamos
de la tienda de salazones y adentrémonos en los ardientes delirios de grandeza
de aquellos que en su día se vieron pequeñitos
Bueno, me dirás, pero estos que estas citando
nunca estuvieron en la AIT. Cierto. Vayamos pues a los principios, tácticas y
finalidades de aquellos que abandonaron la AIT; aunque confieso que me
resultaba más divertido lo de los socialcristianos o como se llamen:
El primer caso, el más evidente, el más
sonado y seguramente el más honesto (por lo menos venían relativamente de cara)
fue el que se produjo tras el V Congreso de la CNT-AIT que conllevó una ruptura
muy dolorosa, con el consiguiente nacimiento de la CGT. Esta “nueva” organización nacía dispuesta a
crecer y crecer y, una vez crecida, volver para hacernos entrar en razón y
convertir a la gran familia anarcosindicalista en una sola y grande. Snif, ya me hubiera gustado que tuvieran
razón, pero ni la participación en las elecciones sindicales, ni los comités de
empresa, ni las subvenciones recibidas sirvieron para hacer crecer ni un ápice
el camino revolucionario del anarcosindicalismo. En cuanto a la afiliación, pues como que hace
mucho frío en todas partes y los paralelos no consiguieron enmendar la
papeleta. Pero, en fin, suerte con eso
de la lucha desde dentro que tan sorprendentemente bien ha funcionado en todos
los niveles a lo largo de la historia de la humanidad (ironía mode on).
El otro caso es más reciente. Y ese, ¡ay!, aún está caliente. Tan caliente que duele más que el
anterior. Ese “otro caso” asoma la
cabecita en el X congreso Córdoba y crece y explota en todo su esplendor en el
XI congreso de Zaragoza. Mientras tanto,
y tras ello, hay diversos cambios que nos van convirtiendo en un sindicato
chachi: alguna tarjeta de crédito un tanto descontrolada, cambio de logos por
algo más moderno, menos viejuno. ¡Qué
este sindicato huele a cerrado! ¿No os
dais cuenta?. Despareció hasta nuestro
periódico; no vaya a ser que se digan cosas inoportunas, y volvió a nacer con
un diseño fantástico: maquetación impecable, gráficos y diseños modernos y
cuquis. Pero, ¿qué pasó con el
contenido?. Ah, el contenido; esa cosa
tan molesta que nos puede hacer pensar y disentir. Pues eso, se vació quedando unos artículos
anodinos, un relato de luchas sobredimensionadas, al más puro estilo de la
prensa convencional, y una barrera difícilmente franqueable para conseguir
publicar algo. Bienvenidos al
verticalismo.
El discurso para abandonar la AIT fue
bastante más innoble y taimado que en el caso de la CGT. Aquí se alegaron auténticas sandeces durante
el XI congreso y se consiguió abandonar la AIT saliendo por la puerta de
atrás. Aunque sí se mantuvo el discurso del
aumento de la afiliación por encima de cualquier otro tipo de consideración
(como propusiera en su día la ahora CGT).
Así que algunos sindicatos empezaron a, presuntamente, subir la
afiliación y a encontrarse desbordados (al menos así lo manifestaban) por la
falta de compromiso de la neoafiliación.
Evidentemente, si el objetivo es afiliación sin ningún tipo de
compromiso, las personas comprometidas acaban desbordadas por la gestión del
sindicato y el siguiente paso en esta ecuación es reclamar asalariados que
manejen todo eso (a poder ser los propios “comprometidos” o algún familiar ad
hoc) y que se haga cargo del gasto toda la Confederación. ¡A ver si encima de tener tantísimos
afiliados y sostener a toda la Confederación tendremos que correr nosotras con
los gastos!. Hubiera estado bien que
fueran así de francos, nos hubiéramos ahorrado muchos disgustos. En definitiva la salida de la AIT fue como si
se hubiera abierto la veda para la deshonestidad y los subterfugios, las luchas
de poder y el saqueo de las arcas sindicales.
Imagino que con la pretensión de forzar la situación hacia un callejón
sin más salida que la acudir en busca de subvenciones y financiación para
mantener todo el aparato de la organización que crece, crece y crece. Aunque, al final de todo, siga haciendo el
mismo frío que en cualquier otro lugar.
Pese a todo este despliegue crítico y un
tanto ácido, ¿cuál es realmente el futuro fuera de la AIT?. Ciertamente, todo apunta a que va a ser un
futuro trufado de fasto y boato. Por lo
pronto que el llamado por Carlos Taibo, periódico coprofágico El País les
dedique la contraportada, ya deja entrever de qué va la chamba y cuáles son los
caminos que están transitando; sin piedras ni obstáculos; alfombra roja y a
gozarla.
Subvertido
el sistema desde dentro ¿qué nos queda a las innobles personitas que seguimos
ancladas en el futuro?
Llegados a este punto, no puedo hacer menos
que citar a Emma Goldman que, en sus memorias, explica como en una serie de
conferencias, misteriosamente no se presentaba la policía a detenerla. De hecho no venían ni a vigilarla, así que,
extrañada por tal circunstancia reflexionó y concluyó que algo estaba haciendo
mal, y cambió el discurso de sus charlas hasta que consiguió llamar la atención
de la autoridad.
Con todo esto quiero decir que no es una
buena cosa que te doren la píldora aquellos afines al establishment, más bien
es un indicador de que las cosas no van por el cauce adecuado y hay que
replantearse las estrategias.
Vale, es posible que algunas de las amistades
que quedaron fuera de la AIT se enfaden por esto que escribo, pero la lucha no
va de un grupo de amiguetes. La lucha,
necesariamente, debe estar compuesta por personas comprometidas que pueden
intercambiar puntos de vista con total franqueza, sin egos y sin temor.
En definitiva, no es que el hecho de estar en
la AIT implique que estamos en un paraíso primigenio en el que correteamos
alegres y con los cuerpos desnudos; es una lástima, con las ganas que tenía,
pero no es así. También tenemos
problemas, porque si no los tuviéramos, no hablaríamos de la CNT-AIT sino de
una organización de corte autoritario, donde los problemas se solucionan
postrándose ante el supremo líder. Lo
que sí podemos decir es que, en cuanto anarcosindicalistas que somos, también
somos capaces de afrontar los problemas que surjan desde la madurez ideológica,
la comprensión y el amor fraterno que debe habitar en cada una de nosotras.
Ah, y ¡qué viva la AIT!
Patricio Barquín
Militante de la CNT/AIT Fraga
Fragua Social Nº 25, en pdf
https://cntaitalbacete.es/wp-content/uploads/2023/04/FRAGUA-SOCIAL-N25-1-1.pdf