Jornadas Culturales y Libertarias 2014
Llegó noviembre y, este año, en lugar de traernos el frío nos trajo
las Jornadas Culturales y Libertarias de
la CNT de Fraga. Bueno, más que
traernos, como si de un advenimiento se tratara, lo que ha sucedido es que ha
salido a la luz el trabajo de varios meses.
Así pues, iniciamos las jornadas con la ilusión que sólo el esfuerzo y
el trabajo continuado es capaz de generar.
Este año decidimos centrar las jornadas en el tema de la transición
española; ese momento que nos han repetido hasta el hartazgo lo muy modélico y
pacífico que resultó. Como los
libertarios tenemos la mala costumbre de ser poco dados a las comuniones con
ruedas de molino y puesto que estamos viviendo una época intensa, en cuanto a
los movimientos sociales y a las maniobras políticas, creímos que era un buen
momento para abordar el tema de la transición con la visión crítica que el tema
merece.
Las jornadas transcurrieron entre el seis y el dieciséis de noviembre,
y durante todos estos días se podía visitar la exposición “Las Jornadas
Libertarias de 1977 y la Transición Libertaria 1974-1979” Esta exposición la montamos en colaboración
con el Ateneu Enciclopèdic Popular de Barcelona. En ella se podía contemplar una serie de
paneles explicativos de la historia del movimiento libertario durante la
transición. Además la exposición contaba
también con carteles de la época. Así
pues, con este recorrido por la historia de la transición quedaba patente cómo
la dictadura terminó tal y como había empezado: matando (Salvador Puig Antich,
Xose Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Jon
Paredes Manot y Ángel Otaegi Etxeberria, son los últimos ejecutados por el
régimen franquista, siendo Puig Antich
el último ser humano que ha padecido la muerte producida por el garrote vil, un
instrumento medieval que provoca una muerte lenta y muy dolorosa)
La exposición también nos acercaba a las Jornadas Libertarias de 1977
a través de fotografías y textos explicativos.
Además se hacía un acercamiento a
la lucha obrera en forma de huelgas y manifestaciones y la represión policial
que se desencadenó durante esos años y que causó varias muertes de
manifestantes.
La exposición acababa con referencias al caso Scala y el V Congreso de
la CNT.
La primera charla-coloquio que pudimos disfrutar corrió a cargo de
Pepe Ribas. Pepe Ribas es un periodista
con una larga trayectoria que lo abala.
En esa larga trayectoria se encuentra el haber sido fundador y director
de la revista Ajoblanco. Esta
publicación fue uno de los referentes de su época y supo retratar como pocas la
cultura y la sociedad de la España de los setenta y principios de los ochenta.
Pepe Ribas planteó un recorrido por todo el movimiento cultural, social
y revolucionario de la Barcelona de la transición, donde nos explicó que se
vivió una época de libertad sorprendente, ya que el franquismo, tras la muerte
del dictador, se había vuelto bastante laxo en la ciudad Condal y esto hizo
explosionar toda la libertad reprimida.
A partir de la muerte del dictador florece el movimiento hippie y hay un
resurgimiento del represaliado movimiento libertario. Aquellos jóvenes se acercan a lo libertario
sin apenas saber nada, pero lo hacen con la ilusión del descubrimiento de algo
nuevo que les habla de libertad y de igualdad.
Llegan las jornadas libertarias, su gran éxito y el lógico miedo del
poder establecido y por establecer. Los
partidos parlamentarios o con aspiraciones de serlo se afanan por pactar las
bases de una democracia que tiene poco que ver con lo que sucede en el pueblo y
que trata de desbaratar y frenar un movimiento floreciente. Se empieza a escribir la historia disociada
del pueblo y dada, a partir de ese momento, como la única historia
posible. Por si esto fuera poco aparece
la heroína como reina de la desprogramación social.
La siguiente charla corrió a cargo de Sonia Turón y Laia Creus integrantes
de la Comisión de Exhumaciones del Grupo de Trabajo de Memoria Histórica de la
CNT. Además, han participado en la
elaboración del informe de la CNT para la Querella Argentina.
La charla de Sonia y Laia coincidió con el anuncio, por parte de la
justicia argentina, de la acusación sobre 20 siniestros personajes relacionados
con el gobierno y la represión franquista, entre ellos Rodolfo Martín Villa,
viejo conocido de nuestro sindicato.
Esto le dio un plus de novedad a la charla ya que Sonia y Laia nos
pusieron al día de cómo están sucediéndose los acontecimientos en el proceso de
la querella. También nos hablaron de los
asesinados arrojados a las cunetas y fosas comunes y lo hicieron desde el
respeto, obviando detalles escabrosos, pero poniendo todo su sentimiento sobre
la mesa de conferencias para que nos sirviéramos cuanto quisiéramos. Así acabó, como no podía ser de otra manera,
siendo una charla emotiva con las emociones a flor de piel.
El siguiente acto de las jornadas fue la proyección de la película
“Barcelona era una fiesta underground 1970-1980”. Esta película documental relata a través de diferentes personajes
relacionados con la cultura (música, cómic, pintura, teatro, etc.) la evolución
social de la Barcelona de la transición.
Un poco fue como poner imágenes a la charla que ofreció Pepe Ribas el
primer día, de hecho, el propio Pepe Ribas aparece en el documental.
Espacios de plena libertad, creación y debate se van sucediendo a lo
largo de los testimonios y las imágenes de la época. Las jornadas libertarias también forman parte
de la película como reflejo de la libertad vivida y el deseo de profundizar en
el pensamiento libertario por parte de una generación que pretendía la ruptura
con todo lo establecido.
El documental acaba con la irrupción de la heroína como disruptor de
un movimiento social en efervescencia y claro peligro para el poder. La heroína ha sido el equivalente a sufrir
una epidemia de peste o de cólera. Se ha
llevado por delante a infinidad de jóvenes de varias generaciones. Ha acabado con los más inquietos y curiosos
que han topado con un asesino desprogramador que, en forma de polvo blanco y
jeringuilla, ha acabado con las ilusiones de una sociedad emergente. Muertos y más muertos y poco estudio del
fenómeno nos lleva a tener sospechas más que fundadas de quien puede andar
detrás de la expansión de tan fatídico enemigo.
El colofón de las jornadas lo puso Guillem Martínez, periodista y
escritor que acuñó el término Cultura de la Transición. A Guillem le tocó la ardua tarea de hablar
del presente y del futuro. Y esta tarea
es ardua porque vivimos tiempos lo suficientemente extraños e interesantes como
para que resulte tan complicado predecir el futuro, como comprender el presente
y lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
Pese a todo Guillem expuso con claridad una buena parte de lo que ha
sucedido desde la irrupción del 15M y es ni más ni menos que el desplome del
Cultura de la Transición. Resulta que
aquellos discursos que hasta ahora habían funcionado ya no lo están
haciendo. Así, no basta con tachar a un
colectivo de violento, de radical o de antisistema para desacreditarlo. Tampoco basta con estar en el poder para
erigirse en dispensador de democracia y gestor de libertades. Aquello que había funcionado hasta ahora se
ha desmoronado de la misma manera que se ha desmoronado la economía y el empleo. Esto abre un camino a la esperanza en medio
de todo este panorama de paro y desahucios, ya que no somos tan fáciles de
manipular. Ahora bien, el saber hacia
dónde caminamos y cómo pretendemos hacerlo dependerá de nosotros mismos. Dependerá de aquello que seamos capaces de
construir entre todos.
Así, como acaba noviembre y llega el frío, acabaron las jornadas y tras
ellas algunos nos tacharán de revisionistas.
Nos acusarán de querer desestabilizar un sistema que “ha funcionado y ha
traído paz” durante muchos años. Nos
dirán que eran tiempos difíciles y que no había otra salida. Bien, nos pueden decir todo eso y mucho más,
pero acercarse a la historia, replanteársela, tener visión crítica de los
acontecimientos y poner en tela de juicio aquello que nos cuentan sin creer en
verdades absolutas nos convierte en personas racionales que huyen del fanatismo
constitucional que todo lo atenaza. Nos
apartamos del rebaño, porque no queremos ir al aborregamen de lo que diga el
pastor, ni hacer caso de los perros que nos ladran. Porque las jornadas culturales y libertarias
no son un espacio para escuchar y asentir, son un espacio para hablar y
disentir, criticar, pensar, razonar y no dar por inmutable ninguna verdad. Son, en definitiva, un espacio de libertad.
CNT Fraga, noviembre 2014
Más fotos:
Crónica de las Jornadas Culturales y Libertarias 2012
Crónica Jornadas Culturales y Libertarias, Fraga 2013
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