Conferencia
“Anarquismo y Sindicalismo” pronunciada por Salvador Seguí, en la cárcel,
Castillo de la Mola, en Mahón (Menorca) el 31-XII-1920. Versión castellana, extraída
de Salvador Seguí, Su vida, Su obra, ediciones Solidaridad Obrera, París, 1960.
Salvador
Seguí Rubinat (Tornabous, Lleida 23 de diciembre de 1886 - Barcelona, 10 de
marzo de 1923), conocido como El noi del sucre, fue uno de las militantes más destacados del anarcosindicalismo
ibérico de principios del siglo XX, participo en la fundación de
la CNT.
Buscó dar
un nuevo impulso a la lucha proletaria desde el sindicalismo, sin olvidar las
esencias de su ideario anarquista. Propulsó
la educación y la formación de la clase obrera desde los sindicatos;
preparación intelectual, cultural y técnica de los trabajadores como arma
fundamental revolucionaria.
Murió asesinado
en un atentado terrorista, en el barrio del Raval de Barcelona, por pistoleros
del llamado “Sindicato Libre”, grupo financiado por la patronal
catalana y protegido por el Gobernador Civil de Barcelona Martínez Anido.
Un texto
bello y profundo que rescatamos para la Sala de Lectura con una doble intención;
contribuir al debate y la reivindicación de compañer@s como Salvador Seguí, que
representan una parte fundamental de los cimientos de nuestra organización la
CNT. (Reseña biográfica, adjuntamos enlace al final del texto)
Anarquismo
y sindicalismo
Salvador Seguí
Es creencia general que el sindicalismo no
significa nada. Los equívocos que alrededor de esta negación se han formado son
tantos, y algunos de tal magnitud, que conviene, de una vez para siempre,
deshacerlos, destruirlos.
Que el sindicalismo no es nada, no sería nada,
sin la espiritualidad irradiada del anarquismo, como afirman algunos, es
condicionalmente verdad. Pero sólo condicionalmente.
Qué es el
anarquismo
El anarquismo es una gradación del pensamiento
humano. Diríamos, mejor, que es la gradación más alta del pensamiento humano.
Es una consecuencia lógica de las diversas fases que, a través de los tiempos,
han sufrido las ideas, pasadas por el filtro del sentimiento.
Todas las ideas no son nada sin las personas
que las crean. Si las personas no las creasen, no existirían. Por lo tanto,
pues, las ideas han sido determinadas por las personas.
La anarquía, repitámoslo, no es anterior al ser
humano, porque si fuera así, los anarquistas dejarían de ser, espiritual y
moralmente, lo que fueron y lo que son, para rendir culto fanáticamente a lo
sobrenatural.
En este caso no se distinguirían los principios
anarquistas de los deístas.
Y, precisamente porque las ideas son creadas
por el ser humano, concebidas por el ser humano, tienen consistencia y valor
humano. En caso contrario, ya lo hemos dicho, nada serían; nada valdrían. Serían,
sí, un valor negativo. Serían una negación de la conciencia de las personas.
Concretemos.
Cualquier idea que no pase o que no haya pasado
por los procesos de la evolución no es más que elucubraciones mentales.
El anarquismo tuvo que pasar por este proceso
evolutivo del que hablamos. Si no fuera así, no se concebiría la anarquía como
manifestación humana.
Tenemos que tener en cuenta también otra cosa.
Que todas las ideas, tanto las más modestas como las más atrevidas, han sufrido
este proceso de evolución. Lo demuestra el hecho que ni una sola de las
concebidas ha sido llevada a la práctica, se ha plasmado en realidad, en su
concepción primitiva, en su integridad y pureza. Así las religiones; así todas
las concepciones filosóficas, económicas y políticas. Así nuestras ideas.
Hasta incluso algunas, de la concepción a la
realización, han dejado en el tránsito pedazos de sus principios.
Ahora bien. Con cuanta más fe luchemos y cuanto
más íntegramente sea planteada la lucha, más pronto y más felizmente se llegará
a la realización de las ideas. De lo contrario, tardarán más a realizarse
cuanto más indiferentes seamos.
Pero tengamos en cuenta también, no lo olvidéis,
porque el desengaño sería funesto, que las ideas pierden la integridad de la
concepción originaria, de la misma manera que todas las ideas se bifurcan, con
tal que se puedan llevar a la práctica, más o menos tarde, por los nuevos
caminos abiertos, el de realización más inmediata.
Una idea puede dar margen a nuevas concepciones
ideológicas; a nuevas exposiciones. Puede ser motivo para crear organizaciones
que, basándose en la concepción espiritual de la misma idea, cree de nuevas. Y
aunque fundamentalmente no sean las mismas, no se pueden diferenciar en nada.
Qué es el
sindicalismo
Eso pasa con el sindicalismo. Porque el
anarquismo, asentemos esta afirmación, da lugar al sindicalismo.
El sindicalismo es la base, la orientación
económica del anarquismo. Digamos que es la concepción. La anarquía no es un
ideal de realización inmediata.
No lo limita nada. Por su extensión espiritual,
es infinito. Para su implantación, no tiene lugar ni tiempo. En el orden social
de las ideas, las personas no conseguirán dominarlo nunca.
Hagamos otra afirmación referente al
anarquismo, y es: que siendo la concepción ideal de la vida de las personas, no
llegará a tener realización, porque es una perfección tal de pensamiento que
por tenerla hace falta pasar por fases del definitivo.
Al contrario de lo que ha pasado con las
religiones positivas, que dieron formas tangibles a todo aquello que se
propusieron que las tuviera, el anarquismo, por los motivos antes expuestos, no
lo pude hacer.
Admitiendo que el anarquismo, a través de los
tiempos, pudiera ser una realidad, no dudéis que —antes— dará margen a la
creación de otras concepciones y otras escuelas, nacidas, evidentemente, de la
concepción primitiva de la Idea.
El anarquismo no llegará a hacerse realidad en
su verdadera filosofía. Sería tanto como definirlo y matarlo. Y eso, no.
El anarquismo no tiene un origen material. No
nace en un punto para morir en otro. Es propio de la inteligencia y del
sentimiento. Es la suma, como decíamos, de perfecciones humanas.
Por eso, anarquismo es ya individualismo. De la
misma manera que aquel ideal en su integridad es individualista, hay también la
concepción colectivista que acepta las cosas más fácilmente realizables del
anarquismo.
Es innegable, por tanto, que nuestra
organización, que el sindicalismo, es hijo espiritual del anarquismo ¿Y qué
significado tiene el sindicalismo?
Históricamente, es el resultado y una
condensación del proceso del pensamiento; ideológicamente, es la condensación
del pensamiento al cual dieron vida los compañeros de la Internacional; prácticamente
es el arma, es el instrumento del Anarquismo para llevar a la práctica aquello
más inmediato de su doctrina.
Dicen que el sindicato no es nada. Se niega el
valor del sindicato. Esta afirmación es un error. El sindicato es. Es cerebro.
Cerebro y brazo. No se puede comprender el uno sin el otro. Creo que los
anarquistas pueden estar orgullosos si el sindicalismo y su instrumento, el
sindicato, plasman en realidad alguna o algunas de las concepciones del
Anarquismo. El sindicalismo tiende a usufructuar las prerrogativas que le son
propias en el orden social.
Es claro que el sindicalismo no es anarquismo.
Pero sí que es una gradación del anarquismo.
También se dice que el sindicalismo no tiene
ideas propias. No es cierto. Es un error más en otra afirmación.
En los congresos celebrados en los años 1910, 15,
16, 18, 19, el sindicalismo llega a precisar que se amparará de los
instrumentos de trabajo. Y cuando se habla de la idea práctica del comunismo,
se dice que eso es anarquismo. Sí, bueno bien. Pero ¿de qué instrumento se
valdría el anarquismo para conseguir la realización de su postulado económico?
Del sindicato ¿verdad?
El anarquismo da alma y espíritu al
sindicalismo. Pero que nadie dude que el sindicalismo es una promesa y una
garantía para la precipitación de las ideas anarquistas.
¿Quién niega que el sindicalismo plantea y
resuelve el problema económico, problema de los problemas? ¿Quién osará negar
que el sindicalismo revolucionario y libertario, en su concepción económica,
quién dudará, quién negará, repito, que sea el auxiliar poderoso y eficaz del
anarquismo?
Helo aquí la virtualidad del sindicalismo. Por
esta razón no estamos de acuerdo con los socialistas. Ellos hacen hombres que
no creen en su personalidad.
Los socialistas, con la obra que realizan
retrasan el momento de la posesión integral de las prerrogativas sociales de la
humanidad. Mientras haya quien crea que los problemas no los hemos de resolver
por ellos mismos, delante de ellos mismos, sino que su solución depende de los
otros, el ser humano no hará nunca nada. Quien crea en la organización es un
esclavo.
La virtud del sindicalismo, como tiene ideas
propias, es revelar y substituir los factores del capitalismo y de la burguesía.
La organización profesional del sindicalismo,
orientado en un sentido revolucionario y libertario, se acerca al anarquismo.
Sindicalismo es la agrupación natural de los
elementos de una misma profesión. Éste no solamente sustituirá los valores burgueses
y capitalistas, de los cuales he hablado antes, sino que dará garantías de
moralidad y personalidad no dadas, hasta ahora, por ningún régimen burgués.
El sindicalismo, digámoslo ya, es la avanzada
del anarquismo.
Los
anarquistas en los sindicatos. Labor a realizar
Algunos anarquistas, cuando creen que la
organización no ha de ser estatal, ¿qué se proponen? Dirán que hacer prácticas
de Anarquismo para llegar a una casi perfección. ¿Y no puede ser, no podría
ser, que los compañeros del [18]68 y del [18]73, en sus Congresos, y a pesar de
sus manifestaciones sectarias, previeran y comprendieran que el aspecto
económico del Anarquismo tuviera una inmediata realización? Yo creo que sí.
Ciertos aspectos de los problemas que el
Anarquismo plantea, pueden realizarse.
¿Quiénes, si no los trabajadores, estaban en
condiciones de comprender nuevas concepciones del Pensamiento? ¿Quiénes, si no
los trabajadores, pueden llevar a cabo un movimiento de renovación?
Mas dudo haya nadie que crea asistir a la
derrota de los valores económicos del mundo capitalista y burgués; que asista
al derrumbamiento de las falsas y viejas concepciones, burguesas también,
sustituyendo valores y concepciones con los problemas que en su integridad
plantea el Anarquismo. Digamos, porque a la verdad nos debemos, que vamos al
planteamiento de los problemas parciales del Anarquismo.
La misión de los anarquistas, está en los
Sindicatos para velar por la vida de éstos y orientarlos.
No desamparando la acción sindical, más
influencia ejercerán; más libertarias serán las organizaciones; antes
precipitarán el advenimiento de una nueva sociedad.
Los anarquistas deben hacer práctica de la
concepción anarquista dentro de los Sindicatos. El apartamiento de los
anarquistas de las agrupaciones profesionales, es un suicidio. Todo debe y
puede hacerse en los Sindicatos.
De ninguna manera quiere eso decir que aquéllos
disuelvan los grupos que tuvieren constituidos. No; de ninguna manera. Por el
contrario, pueden integrar los Sindicatos. Cuanto más influencia ejerzan, más
Anarquismo y más anarquistas harán. Hoy no asusta, como en otro tiempo, el
Anarquismo, y ello es debido a los trabajos de convencimiento realizados.
Gracias a la influencia ejercida por los anarquistas, pudo darse el caso de que
la organización sindicalista aceptara, en los Congresos Regional de Cataluña y
Nacional de los años 1918 y 1919 respectivamente, la declaración terminante de
que nos dirigíamos a la conquista del comunismo libertario, cosa que quizá se
hubiera rechazado en el año 1914 por el apartamiento de los anarquistas de las
organizaciones.
El Estado
ruso. La función de los Sindicatos
No son los grupos anarquistas, ni las
organizaciones estatales, quienes tienen que organizar y regularizar la
producción. Son los Sindicatos.
No somos leninistas porque no creemos que el
Estado sea, por más revolucionario y socialista que se titule, quien debe
usufructuar los elementos de producción. Quien únicamente tiene solvencia para
ello son los Sindicatos. En primer lugar porque son más morales. Después,
porque son más competentes.
El Estado ruso, por esencialmente socialista
que sea, no es el llamado a distribuir la producción. Eso sería tanto como
hacer creer a los hombres en un factor sobrenatural. Ya en Alemania se han
producido varios fracasos con un Estado socialista. Y aun cuando la situación
no sea la misma allí que en Rusia, es significativa la incompetencia del
Estado.
Se han producido dos grandes movimientos
huelguísticos. Uno el de Westfalia y otro el de Essen. ¿Por qué esto?
Sencillamente. Porque el Estado hace mal lo que los Sindicatos harán bien.
Por eso los negocios de la producción no pueden
estar en manos del Estado, ni de los grupos anarquistas, éstos como culminación
del extremismo.
Distribuirán y normalizarán la producción, el
consumo y el cambio —llevemos esta idea al ánimo de los trabajadores— los
Sindicatos, ya que el Sindicato se hace suya la concepción anarquista del
postulado económico.
No estamos en período de preparación, sino de
realización.
A los Sindicatos han de ir a darles fuerza y
relieve los sectores de la acción y la educación.
Los grupos de afinidad vendrán como superación
a las organizaciones sindicales.
Y cuando sean realidad tangible nuestros
deseos; cuando nuestros esfuerzos revolucionarios hayan culminado con el
triunfo del proletariado; cuando el hombre, de esclavo pase a ser libre,
procuremos que todos los valores de la vida humana tengan representación en el
Sindicato y tengan todos los hombres mayor garantía de personalidad,
independencia y emancipación.
Tengámoslo muy presente, porque de lo contrario
será vano esfuerzo el que realicemos. Rusia ha triunfado revolucionariamente,
pero no ha podido vencer económicamente por no haber dado el Poder a los
Sindicatos, se sobreentiende que no el Poder para imponer una dictadura, sino
el Poder para regularizar la producción.
Habrá, aquí o allá, donde sea, más o menos
perturbaciones, pero más o menos tarde también, la responsabilidad de la
producción, del consumo y del cambio, irá a manos de las organizaciones
profesionales.
Estamos perdiendo lastimosamente el tiempo
negando virtudes al Sindicato, virtudes que ciertamente nadie ha dado, pero que
en cambio puede tener. Eso no son más que elucubraciones mentales. Puede ser un
criterio personal, muy respetable por cierto y nadie discute. Y precisamente
porque la respetabilidad de las opiniones no es discutible, no discutamos
tampoco virtudes.
¿Que el Sindicato es algo amorfo? Démosle
espiritualidad. Elevémosle, elevándonos nosotros por encima de pasiones y
discusiones estériles e insustanciales y hagamos todos por que cumpla la
finalidad económica más inmediata y que le está reservada para realizar.
El Sindicalismo o el Sindicato, es una
garantía, la mayor garantía, dentro de un régimen proletario.
La revolución social, con nuestros Sindicatos,
puede quedar afianzada 24 horas después de su triunfo. Para ello, claro,
necesitamos una extensa y profunda preparación.
El
sindicalismo y el problema de la cultura
Se nos presenta otro problema importantísimo
que el proletariado debe resolver. El de la cultura.
¿Qué harán los trabajadores al día siguiente de
la revolución con respecto a este problema? ¿Qué harán de los Ateneos, de las
escuelas, de las bibliotecas, de los institutos profesionales, etc., los
trabajadores?
La labor a realizar la encomienda el
Sindicalismo a los grupos de afinidad, a los diferentes sectores de la
inteligencia que integren nuestros Sindicatos.
Si la preparación, nuestra preparación es lo
fecunda que deseamos y procuramos hoy sea, al día siguiente de la revolución,
destruiremos, así, destruiremos, todo cuanto en el orden de la cultura nos
pueda ser perjudicial.
Si destruimos Universidades, y destruimos
Ateneos, en cuanto al aspecto moral que en este momento damos a la palabra,
habremos realizado una obra fecunda contra la rutina imperante.
Hemos de crear nuestras Universidades y
nuestros Ateneos.
Si no podemos, si los acontecimientos nos
sorprendieran, si no tuviéramos tiempo, nos aprovecharíamos de lo que hubiese
realizado la burguesía en este sentido. Lo que sí haremos, aun en último caso,
es arrancar de cuajo lo malo, lo perverso y lo inútil. Utilizaríamos lo
utilizable de la burguesía y entre tanto, realizaríamos definitivamente nuestra
labor.
Esto haría el Sindicalismo en el problema de la
cultura. Esto hará indiscutiblemente.
El genio
del anarquismo y el hombre práctico del sindicalismo
Valgámonos de imágenes para explicar la
concepción filosófica del Anarquismo y la orientación práctica del
Sindicalismo.
En un pueblo cualquiera de la Tierra presentase
el Genio encarnado en un hombre. El Genio tiene una concepción humana de la
Vida.
Estudiando las diferentes escuelas filosóficas;
compulsando todas las ideas, ha llegado a la conclusión de que los demás
hombres no saben vivir sin odios, sin miserias, sin recelos, sin necesidades y
sin injusticias. La veleidad y el orgullo juegan un papel importante en la vida
de aquellos hombres.
Pero el Genio tiene ideas propias, con una
filosofía propia, siendo lo que podríamos llamar un aristócrata del
Pensamiento.
Tiene soluciones a los problemas de la economía
y de la cultura.
Abarca tal extensión su pensamiento, es tan
inmenso, que el Genio no puede de una vez plasmar en realidades sus
concepciones.
Al pueblo donde el Genio llegara, encontró a
otro hombre. No era Genio, pero era un hombre práctico y además inteligente.
El Genio-Hombre, inició al Hombre práctico en
los secretos de lo que él llegó a concebir. El Hombre comprende al Genio y es
poseso de la fe que a éste anima.
Pero conocedor de los otros hombres y de las
costumbres de los otros hombres, y amante, al fin, de las realidades
inmediatas, le dice al Genio:
— Aquí es imposible hacer cuanto deseas.
Conozco a esos hombres, tengo sobre ellos ascendente, me estiman por los años
que hace convivo con ellos, me consideran y me respetan, y por esa razón puedo
decirte que si les expusieras lo que a mí me expones, te creerían un
desequilibrado. Sin embargo, en cuanto me has expuesto hay ideas que pueden ser
realizadas e implantadas casi inmediatamente. Esa gente quiere eso. Realidades.
Desgraciadamente le asusta el pensar. Quiere cosas factibles. Quiere, al
exponer incluso su existencia, que del resultado de su exposición obtengan, por
lo menos, un provecho material los suyos. Quizás más adelante consigamos
despertarles la conciencia. Hoy no les harías interesar en tus proyectos ideales.
A pesar del respeto que me he conquistado entre esos hombres, no lograría
conseguir que tus concepciones humanas hicieran presa de sus cerebros. Me
comprometo, sí, a hablarles, a que me escuchen, incluso a que te secunden en tu
plan económico. A nada más me comprometo. Yo sí. Yo prometo no cejar en la
siembra de la semilla que depositas en mi cerebro.
— Bien —contestó el Genio—. Comprendo y me
explico tus temores. A tu conciencia, a tu inteligencia y a tus sentimientos,
dejo realices lo más inmediatamente posible las ideas que creas están en
consonancia con el sentir y el pensar de esa gente.
Eres un hombre práctico y me sirves.
El Genio que así hablaba al Hombre, era el
Anarquismo. El hombre práctico e inteligente, era el Sindicalismo. Constancia
en el propósito y confianza en nosotros mismos.
Y ahora, amigos míos, dejadme que diga esta
noche mis últimas palabras. Que en estas horas de recogimiento, en las que nos
une el dolor y una luminosa esperanza de manumisión económica y espiritual,
hagamos una profesión de fe, de constancia en el propósito y de confianza en
nosotros mismos.
Muchas han de ser las noches que nos reunamos
como en esta ocasión, para que nos sentamos más nuestros; para que aprendamos a
querernos.
Hoy, el azar, nos ha reunido en esta prisión.
Mañana el deber, ha de volver a reunirnos. Y siempre, hoy o mañana, juntas o
separadas nuestras personas, habremos de elevar el corazón y el pensamiento,
por encima de cuanto nos rodea. Sólo así será posible triunfar.
Os decía que es preciso tener constancia en el
propósito, porque si en esos ligeros accidentes de la lucha desmayáramos, sería
imposible la realización de nuestros ideales.
Confianza en nosotros mismos, porque significa,
seguridad, y significa honradez, y significa bondad del propósito.
No creáis en los hombres, en cuanto creer en
los hombres significara hipoteca de vuestra voluntad, pero creed en cada uno de
vosotros.
Y no desesperemos, pues el calvario a recorrer
ha de ser largo.
Salvador Seguí. Castillo de la Mola, Mahón -Menorca-
31-XII-1920
Texte en català:
Anarquisme i sindicalisme, Salvador Seguí
Breve biografía de Salvador Seguí, el noi del
sucre:
Otros textos publicados en la Sala de Lectura:
Anarquismo: la conexión feminista. Peggy
Kornegger publicado
en la Sala de Lectura, agosto – septiembre 2015
CONTRA LA DEMOCRACIA. Agustín García Calvo
publicado en la Sala de Lectura, mayo-junio-julio 2015
Reabrir la cuestión revolucionaria (lectura del
Comité Invisible), Amador Fernández-Savater publicado en la Sala de Lectura,
abril-mayo 2015 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/sala-de-lectura_80.html
Falacias de la democracia, Ángel Cappelletti, publicado en la Sala de
Lectura, febrero-marzo 2015 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/falaciasde-la-democracia-lapalabra.html
¿Eres anarquista? ¡La respuesta te podría
sorprender! David Graeber, publicado en la Sala de Lectura, diciembre 2014
enero 2015 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/sala-de-lectura_22.html
La ofensiva ciudadanista. Editorial de la
revista Argelaga del mes de julio del 2014, publicado en la Sala de Lectura,
octubre-noviembre 2014
Bakunin inmortal 1814-2014, periódico CNT,
publicado en la Sala de Lectura, agosto-septiembre 2014 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/sala-de-lectura_12.html
Delirios capitalistas, Patricio Barquín, publicado
en la Sala de Lectura, julio 2014 http://bajocincalibertario.blogspot.om.es/p/blog-page_3.html
Notas para una política no estadocéntrica,
Amador Fernández-Savater, publicado en la Sala de Lectura, junio 2014 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/sala-de-lectura_15.html
Votar no votar. Javier Sádaba, publicado en la
Sala de Lectura, mayo 2014 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/sala-de-lectura_2.html
Carácter ético del anarquismo. Luce Fabbri,
publicado en la Sala de Lectura, abril 2014 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/sala-de-lectura.html
Anarco-Feminismo: pensando en anarquismo.
Deirdre Hogan, publicado en la Sala de Lectura, marzo 2014 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/blog-page_9.html
SOBRE "PODEMOS". Carlos Taibo,
publicado en la Sala de Lectura, febrero 2014 http://bajocincalibertario.blogspot.com.es/p/sobre.html
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