Comunicado de CNT
Este viernes, el Congreso de los Diputados
selló una vez más su alejamiento respecto de los intereses de la clase
trabajadora y su proximidad a los designios de las grandes empresas
transnacionales con la firma del denostado tratado de libre comercio con Canadá
(CETA).
Este tratado forma parte de la estrategia del
gran capital para la desregulación progresiva de los mercados que permita el
libre tráfico de mercancías y servicios, evitando controles de seguridad,
eludiendo las normativas estatales más favorables y aplicando criterios mucho
más permisivos en materias como agricultura y alimentación, entre otras muchas.
Este acuerdo favorecerá la privatización de los servicios públicos y reducirá
el margen de maniobra de gobiernos nacionales, autonómicos y hasta locales para
decidir sus inversiones y la mejora de las infraestructuras públicas, incluso
en los servicios más básicos, como el suministro de agua o la gestión del medio
ambiente.
Por otra parte, la entrada de grandes
multinacionales de servicios en igualdad de condiciones con las empresas
locales, propiciará la reducción salarial y de derechos laborales así como el
aumento del desempleo en los sectores que resulten más afectados.
Durante meses se han sucedido las
movilizaciones contra este tratado (y su correlativo con EEUU, el TTIP, ahora
paralizado por la negativa de Trump) en muchos países europeos. La falta de
información sobre los contenidos concretos de los tratados y el secreto con el
que se han gestionado las negociaciones han caracterizado ese período. De
hecho, muchas de las consecuencias que tendrá ese tratado en la vida diaria de
las personas, es todavía desconocido.
Pero en el Estado español, al igual que la
Unión Europea, se han ninguneado -y reprimido- esas movilizaciones, al tiempo
que los partidos políticos y las instituciones se ocupaban de airear las
supuestas virtudes de esos tratados, haciendo el trabajo encargado -y suponemos
que bien pagado- por las grandes transnacionales.
En cualquier caso, la votación llevada a cabo
en el Congreso escenifica a la perfección el lugar en el que se encuentran
“nuestros” políticos. El PSOE, como partido bien identificado con las políticas
de “estado”, ha estado manteniendo una postura favorable a estos tratados en
los foros internacionales en los que se ha manifestado. Con la llegada de Pedro
Sánchez y el necesario cambio de fachada, hoy se ha abstenido en la votación.
Es decir, ha favorecido la aprobación del tratado pero intentando mostrar que
“algo” había cambiado.
Finalmente, el acuerdo se ha aprobado con los
votos de PP, Ciudadanos, PNV y PDeCAT. Y estando como estamos inmersos en la
cuestión sobre la soberanía nacional catalana, sorprende el voto favorable del
PDeCAT (sucesor de la extinta Convergencia Democrática de Catalunya) al que no
parece haberle importado lo suficiente la pérdida de soberanía que representa
un acuerdo de este tipo. Tal vez los intereses de las grandes empresas son más
importante que la soberanía, sea cual sea el estado en el que se pretenda
estar.
Desde CNT continuaremos la lucha contra este y
otros acuerdos que intenten imponernos, porque creemos que en absoluto pueden
tener una repercusión positiva para la clase trabajadora, sino que supondrán
tan sólo un nuevo paso en la estrategia desreguladora del gran capital contra
los derechos y necesidades básicas de los pueblos.
Comité Confederal CNT