lunes, 12 de junio de 2023

¿Hay vida más allá de la AIT?

 

Artículo escrito por nuestro compañero Patricio Barquín, publicado en el Fragua Social, órgano de expresión de la Confederación Regional de Levante de la CNT/AIT. 



¿Hay vida más allá de la AIT?

Todavía con la resaca del XXVIII congreso de la AIT, coincidente con el centenario de la misma, me pareció pertinente (por más que alguien opine que es impertinente, no la pregunta sino este que escribe) preguntarme si, realmente hay vida más allá de la AIT.  Y a eso que voy:

Pensemos, por un momento, en los grandes beneficios derivados de pertenecer a la Internacional Demócrata Cristiana.  Valeeee, que la iglesia quería jugar todas las partidas y no le moló mucho eso de los partidos demócratas cristianos y lo de la internacional, y le cambiaron el nombre por Internacional Demócrata de Centro, pero, lo cierto, es que tanto la internacional como  los partidos políticos que la integran gozan de una salud estupenda y la iglesia los mira con ojos vidriosos, cual mozo enamorado; cortan el bacalao al derecho y al bies, ganan dinerito a espuertas, tienen palmeros que les aplauden hasta con las orejas y seguidores incondicionales dispuestos a dar su voto, si ello fuera necesario, que lo es.

Otrosí digo de la Internacional Socialista.  Ese grupo de progresistas implacables capaces de gobernar a cuantos se les pongan por delante.  Paladines de la democracia y los derechos sociales, tal y como vienen demostrando día día con sus valientes políticas del bla, bla, bla.  También cortan el bacalao, los arenques y lo que haga falta cuando sea necesario y como sea necesario, gozan de una salud de hierro, tienen palmeros para aburrir y seguidores incondicionales dispuestos a dar su voto sin que les tiemble el pulso.

Salgamos de la tienda de salazones y adentrémonos en los ardientes delirios de grandeza de aquellos que en su día se vieron pequeñitos

Bueno, me dirás, pero estos que estas citando nunca estuvieron en la AIT.  Cierto.  Vayamos pues a los principios, tácticas y finalidades de aquellos que abandonaron la AIT; aunque confieso que me resultaba más divertido lo de los socialcristianos o como se llamen:

El primer caso, el más evidente, el más sonado y seguramente el más honesto (por lo menos venían relativamente de cara) fue el que se produjo tras el V Congreso de la CNT-AIT que conllevó una ruptura muy dolorosa, con el consiguiente nacimiento de la CGT.  Esta “nueva” organización nacía dispuesta a crecer y crecer y, una vez crecida, volver para hacernos entrar en razón y convertir a la gran familia anarcosindicalista en una sola y grande.  Snif, ya me hubiera gustado que tuvieran razón, pero ni la participación en las elecciones sindicales, ni los comités de empresa, ni las subvenciones recibidas sirvieron para hacer crecer ni un ápice el camino revolucionario del anarcosindicalismo.  En cuanto a la afiliación, pues como que hace mucho frío en todas partes y los paralelos no consiguieron enmendar la papeleta.  Pero, en fin, suerte con eso de la lucha desde dentro que tan sorprendentemente bien ha funcionado en todos los niveles a lo largo de la historia de la humanidad (ironía mode on).

El otro caso es más reciente.  Y ese, ¡ay!, aún está caliente.  Tan caliente que duele más que el anterior.  Ese “otro caso” asoma la cabecita en el X congreso Córdoba y crece y explota en todo su esplendor en el XI congreso de Zaragoza.  Mientras tanto, y tras ello, hay diversos cambios que nos van convirtiendo en un sindicato chachi: alguna tarjeta de crédito un tanto descontrolada, cambio de logos por algo más moderno, menos viejuno.  ¡Qué este sindicato huele a cerrado!  ¿No os dais cuenta?.  Despareció hasta nuestro periódico; no vaya a ser que se digan cosas inoportunas, y volvió a nacer con un diseño fantástico: maquetación impecable, gráficos y diseños modernos y cuquis.  Pero, ¿qué pasó con el contenido?.  Ah, el contenido; esa cosa tan molesta que nos puede hacer pensar y disentir.  Pues eso, se vació quedando unos artículos anodinos, un relato de luchas sobredimensionadas, al más puro estilo de la prensa convencional, y una barrera difícilmente franqueable para conseguir publicar algo.  Bienvenidos al verticalismo.

El discurso para abandonar la AIT fue bastante más innoble y taimado que en el caso de la CGT.  Aquí se alegaron auténticas sandeces durante el XI congreso y se consiguió abandonar la AIT saliendo por la puerta de atrás.  Aunque sí se mantuvo el discurso del aumento de la afiliación por encima de cualquier otro tipo de consideración (como propusiera en su día la ahora CGT).  Así que algunos sindicatos empezaron a, presuntamente, subir la afiliación y a encontrarse desbordados (al menos así lo manifestaban) por la falta de compromiso de la neoafiliación.  Evidentemente, si el objetivo es afiliación sin ningún tipo de compromiso, las personas comprometidas acaban desbordadas por la gestión del sindicato y el siguiente paso en esta ecuación es reclamar asalariados que manejen todo eso (a poder ser los propios “comprometidos” o algún familiar ad hoc) y que se haga cargo del gasto toda la Confederación.  ¡A ver si encima de tener tantísimos afiliados y sostener a toda la Confederación tendremos que correr nosotras con los gastos!.  Hubiera estado bien que fueran así de francos, nos hubiéramos ahorrado muchos disgustos.  En definitiva la salida de la AIT fue como si se hubiera abierto la veda para la deshonestidad y los subterfugios, las luchas de poder y el saqueo de las arcas sindicales.  Imagino que con la pretensión de forzar la situación hacia un callejón sin más salida que la acudir en busca de subvenciones y financiación para mantener todo el aparato de la organización que crece, crece y crece.  Aunque, al final de todo, siga haciendo el mismo frío que en cualquier otro lugar.

Pese a todo este despliegue crítico y un tanto ácido, ¿cuál es realmente el futuro fuera de la AIT?.  Ciertamente, todo apunta a que va a ser un futuro trufado de fasto y boato.  Por lo pronto que el llamado por Carlos Taibo, periódico coprofágico El País les dedique la contraportada, ya deja entrever de qué va la chamba y cuáles son los caminos que están transitando; sin piedras ni obstáculos; alfombra roja y a gozarla.

Subvertido el sistema desde dentro ¿qué nos queda a las innobles personitas que seguimos ancladas en el futuro?

Llegados a este punto, no puedo hacer menos que citar a Emma Goldman que, en sus memorias, explica como en una serie de conferencias, misteriosamente no se presentaba la policía a detenerla.  De hecho no venían ni a vigilarla, así que, extrañada por tal circunstancia reflexionó y concluyó que algo estaba haciendo mal, y cambió el discurso de sus charlas hasta que consiguió llamar la atención de la autoridad.

Con todo esto quiero decir que no es una buena cosa que te doren la píldora aquellos afines al establishment, más bien es un indicador de que las cosas no van por el cauce adecuado y hay que replantearse las estrategias.

Vale, es posible que algunas de las amistades que quedaron fuera de la AIT se enfaden por esto que escribo, pero la lucha no va de un grupo de amiguetes.  La lucha, necesariamente, debe estar compuesta por personas comprometidas que pueden intercambiar puntos de vista con total franqueza, sin egos y sin temor.

En definitiva, no es que el hecho de estar en la AIT implique que estamos en un paraíso primigenio en el que correteamos alegres y con los cuerpos desnudos; es una lástima, con las ganas que tenía, pero no es así.  También tenemos problemas, porque si no los tuviéramos, no hablaríamos de la CNT-AIT sino de una organización de corte autoritario, donde los problemas se solucionan postrándose ante el supremo líder.  Lo que sí podemos decir es que, en cuanto anarcosindicalistas que somos, también somos capaces de afrontar los problemas que surjan desde la madurez ideológica, la comprensión y el amor fraterno que debe habitar en cada una de nosotras.

Ah, y ¡qué viva la AIT!

 

Patricio Barquín

Militante de la CNT/AIT Fraga

 


Fragua Social Nº 25, en pdf

https://cntaitalbacete.es/wp-content/uploads/2023/04/FRAGUA-SOCIAL-N25-1-1.pdf

 






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